miércoles, 20 de julio de 2011

La chica, yo


La chica amaneció cansada y aburrida.
Todos lo días eran para ella iguales... y ya no le encontraba mucho sentido a nada.
Lo único que hacía la chica, además de estropear buenos momentos y apartar a la gente de su lado... era leer y pensar en los problemas del mundo... evitando así pensar en sus propios problemas.
La chica se sentía sola... aunque sabía a la perfección que ella misma se lo había buscado... que ella misma había decidido ser una "Marginada"... A penas 3 o 4 amigos.
Al mismo tiempo, se pasaba la mayor parte del tiempo admirando a las personas por sus grandes facultades... e intentando hacerse un hueco en la sociedad donde alguien pudiera felicitarla... cosa que por desgracia, no estaba acostumbrada a escuchar.
La chica no oía mucho un "muy bien" o un "buen trabajo!" ... simplemente daba, y no recibía. Aunque ella misma sabía bien que la gente que la rodeaba era buena en su interior... pues no iban a felicitarla por una cosa que no hacía bien... no iban a felicitarla por una cosa en la que no destacaba.
No vivía una vida triste... no, simplemente una vida llena de esperanzas y sueños que sabía que no se iban a cumplir... simplemente una vida de "esperar" y no "aceptar".
Y... desgraciadamente... cuando vives una vida así, al final se te vuelve una vida monótona y un poco decepcionante.
La chica, la misma chica que separaba a todo el mundo de su lado... para luego sentirse sola... no se daba cuenta de que en el fondo ella era la que decidía que hacer y como llevar su vida... en lugar de esperar a que alguien viniera y la ayudara... como esos estúpidos cuentos de princesas en las que la princesa únicamente debe esperar a su amado príncipe.
Ahora la chica sabe que no debe esperar más a que sucedan las cosas... porque no siempre es factible esperar... aunque sea lo más fácil.


La chica, yo.