Es curiosa la mente humana. Creo que es
algo apasionante, ¿no? La posibilidad de que tan solo un pensamiento
desencadene un sentimiento y por consecuente, un acto, lo es... si
señor.
A nosotros nos gusta analizarlo. Nos
gusta tener el poder sobre ella. Nos gusta, pero no lo tenemos.
Creemos tenerlo pero... ¿En qué medida lo tenemos?
Hay cosas incontrolables igual que
cosas controlables. Lo único que es controlable en mayor o menor
medida serán los actos pues el pensamiento es algo demasiado íntimo
y espontáneo como para tener algún tipo de poder sobre él. De
hecho, incluso cuando no queramos pensar en nada siempre habrá una
voz interior que te dirá “no pienses, no pienses” “no pienses
en nada”. Y, si repetimos la sentencia, pensar y pensar en no
pensar en nada, vemos como la evidencia es clara. Es incontrolable.
A pesar de ello, si es cierto que
puedes controlar no pensar en algo en concreto.
Siempre pensarás en algo, sí, pero en
mil cosas distintas si eres capaz de tener una buena concentración.
Dicen que la base de una buena
autoestima es el control* y modificación del camino de los
pensamientos.
Como ya he dicho antes, evitar pensar
es algo imposible y controlarlo bastante complejo. Entonces, ¿Cómo
es posible?
Pongamos un ejemplo.
De partida tu mente crea un pensamiento
en base a un acto determinado. Ese pensamiento inicial vendrá dado
por tu personalidad y será el que desencadene un sentimiento.
Este sentimiento es negativo.
Y aquí es donde entra en acción
nuestra posible modificación. Un pensamiento al fin y al cabo es un
pensamiento. Puedes pensar algo que te produzca un sentimiento
negativo o puedes pensar algo que te produzca un sentimiento positivo
pues la realidad no se verá modificada.
Tendemos a confundir certeza con
pensamiento, pues creemos que lo que pensamos inicialmente es lo que
está sucediendo en la realidad y por tanto solo es posible un único
sentimiento negativo.
Pero no es así.
Siempre hay más de una manera de
concebir la realidad. ¿Por qué concebirla de la peor forma posible?
Ya sabemos que somos negativos, sabemos que nuestra personalidad y
mente actúa así, más razón todavía para saber detenernos los
pies, ¿no?
Elige el pensamiento que más
apaciguamiento te produzca. Elige pensar en algo que te produzca un
sentimiento positivo. No solo debes elegirlo, debes creer que dentro
del abanico de posibilidades, esa concepción de la realidad está.
Igual que está la concepción
negativa, cierto es.
Pero, teniendo las dos en un mismo
abanico... ¿no es más sano elegir la que más felicidad nos
produzca?
No sé si realmente la gente normal en
su día a día (cuando digo normal digo gente que no está deprimida
o no es demasiado negativa habitualmente) realiza ese ejercicio.
Supongo que al igual que hay gente
negativa innata, hay gente positiva.
Yo sé lo que sé de mi y ya es
bastante.
Mi cabeza tiende a recolectar ideas y
pensamientos mayormente negativos y muchas veces no sé con qué acto
mostrar mi frustración.
Porque quizá muchos le quitéis
relevancia por el hecho de ser controlable, pero... las acciones son
muy importantes para poder estabilizarnos emocionalmente.
No es sano sentir cosas muy extremadas
y no expresarlas a través de un acto. Sentirte la persona más
desdichada y miserable del mundo y no llorar es horrible. Necesitas
sacarlo de tu interior para poder hacer hueco a más sentimientos.
Por ello, aunque seamos capaces en
mayor o menor medida controlar nuestros actos, hay que saber que
actos nos pueden ayudar y que actos son irracionales.
Creo que, básicamente estoy explicando
el límite de la cordura. Quizá haga esto porque me sienta
identificada o quizá simplemente intento evadir mi mente modificando
así mis pensamientos negativos. Quizá.
O quizá ya sea tarde para modificar
nada y solo necesite sacar ese sentimiento de mi interior de una
manera racional. No lo sé... solo sé que ha funcionado :)