domingo, 2 de diciembre de 2012

El arte de la fotografía


Había olvidado para que sirve fotografiar.
He fotografiado prácticamente la mitad de mi vida y es ahora cuando entiendo su significado.
No solo fotografías una cara, un paisaje o un objeto, no. Fotografías un contexto, una sociedad, una cultura, un sentimiento, un espacio, un tiempo…
Y quizá no nos damos cuenta, pero somos muy valientes de lo ignorantes que somos al decidir hacerlo.
Tarde o temprano, llega el día en el que encuentras una vieja foto, una foto que hiciste sin la menor idea de lo que produciría en ti en un futuro.
La miras… y lloras, ríes o incluso, te enfadas.
Sabes qué hay detrás de esa foto… recuerdas quién eras, donde estabas, tus preocupaciones, tus sentimientos. Recuerdas quién estaba en aquel entonces y quién en la actualidad ya no vive. Recuerdas un amor, el primer amor.
Recuerdas lo que ya no eres. Recuerdas lo que querías ser.
Y también recuerdas el tiempo, que en cada foto deja su huella.
Yo, empujada por el ansia de capturar al menos la mitad de la belleza que captaban mis ojos, me sumergí en la fotografía. No miento cuando digo que he llegado a hacer un millón de fotos, porque las he hecho.
Y las miro… después de un año, dos o tres. Fotos que, en aquel entonces, solo pretendían crear belleza ahora me hacen daño.
Me duele mi sonrisa en la foto, falsa y superficial. Me duele porque sé quién era, que quería, donde estaba, cuándo estaba… y ahora todo eso no existe más que en una foto, que se burla de mi con una sonrisa.
Me sumergí en un mundo de valientes sin ninguna armadura, tan ignorante.
Los recuerdos me persiguen… y es obvio que lo harán igualmente con o sin fotos.
A pesar de ello, es ahora cuando me arrepiento de haber perdido unos maravillosos momentos posando o intentando capturar una belleza (incapturable) en lugar de haber aprovechado cada uno de los instantes que nos regala la vida… con una sonrisa única, natural, que ninguna cámara nunca será capaz de capturar.
Porque finalmente te das cuenta de que la vida no está hecha para fotografiarla, sino para disfrutarla.


viernes, 14 de septiembre de 2012

Don't give up

Continúa, vive, lucha, desea. Que nada te detenga.
Y si te quieren robar la felicidad, que te la roben: ellos no saben como se consigue. 

Eres libre y tienes un camino muy largo. Puedes elegir. 
Y los que se atormentan por el pasado, es que no están viviendo el presente. 
Los que se niegan a caminar, es que no quieren buscar su felicidad.
Tú no te pares... sigue caminando. 

Crea tu camino dejando las pisadas bien marcadas para que todo el mundo las vea: En la felicidad no viene incluida la vergüenza.
Se fiel a ti misma. Se fiel a tus decisiones... que indecisas ya hay muchas.
Y por último... no te rindas. 

Nadie dijo que fuera fácil pero tampoco que fuera imposible.



jueves, 30 de agosto de 2012

El cuaderno de alguien

Como un cuaderno en blanco, yo fui apuntando.
Primero, apunté las cosas más simples:
Como sonreír, como bostezar...
He de decir que no fue tan simple como parece. Escribir algo en un cuaderno vacío lo puede hacer cualquier niño pequeño pero, escribir sobre algo que nunca habías hecho... es otro nivel.
Observas a la gente de tu alrededor y, una vez consigues un patrón, intentas definir el término "sonrisa" o "bostezo" ya que no puedes anotar algo sobre ellos sin saber su significado.
Por ello, aunque "sonreír" y "bostezar" son cosas simples, el hecho de apuntarlos conlleva un gran esfuerzo.
Igualmente, lo tuve que hacer. Reprimí la naturalidad que aquellos verbos llevaban escritas en su esencia y la escribí en mi cuaderno de una forma única. No habrían más sonrisas como la mía. No habrían más bostezos como el mío.
Continué caminando y llenando las lineas de mi cuaderno. En ese momento no sabía que esas líneas algún día serían leídas inconscientemente en mi, convirtiendo aquello que un día fue una anotación, en un acto.
Por fin llegó mi primer reto: El amor.
Debía entender, ante todo, que significaba ese abstracto sustantivo y apuntar en mi cuaderno lo que sería para mi.
Quería que fuera único pero, ante todo, quería que fuera un amor fiel. Quería que fuera un amor sencillo que naciera de lo más hondo de mi ser y que fuera capaz de producir sonrisas y lágrimas.
Lo escribí. Escribí "amor" en mi cuaderno y lo obtuve tal y como yo quise.
Mi error en ese corto camino recorrido fue el no darme cuenta de que hay cosas que se escriben solas. Quería controlarlo todo... quería escribir las cosas a mi manera para que éstas fueran únicas y no tener dudas de lo desconocido.
Y por ello, escribí también "odio". Escribí odio como aquel sentimiento que contrarrestaba el amor. Quería que fuera un odio sencillo que naciera de lo más hondo de mi ser y que fuera capaz de producir rabia y dolor.
Lo obtuve, tal y como quise.
Quizás creáis que fui tonta, que escribí mi propia derrota. Que deseé mi propio sufrimiento. De hecho, no fue así.
Me equivoqué, es cierto. Dediqué mi tiempo a escribir en ese cuaderno todo aquello que un día me definiría. Me preocupaba no contentarme a mi misma. Me preocupaba no confiar en mi.

Ahora soy todo aquello que un día escribí.
Soy una sonrisa tímida en momentos delicados.
Soy un bostezo oculto en una muchedumbre.
Soy un amor fiel con un corazón de pinchos.
Soy el odio y la desconfianza por miedo a lo desconocido.
Pero soy Alicia, y, al fin y al cabo, soy alguien.

sábado, 11 de agosto de 2012

Un secreto


Tengo un secreto... tan virgen, tan nuevo.
Nadie sabe de su existencia y yo, ilusa, solo sé un resquicio de ese secreto tan nuevo que reside en mi. 
No es un secreto perfecto, ni bueno, ni adecuado, pero surge de lo más hondo de mi corazón. 
Surge de esa parte que todos tratamos de ocultar, de esa parte que da vergüenza mostrar.
Ese secreto es una idea nueva en mi mente que me revuelve el estómago, que me hace sentir mal y bien al mismo tiempo.
Es un secreto jamás contado porque no hay palabras ni valentía para contarlo.
Es mi perdición y salvación. 
Es una canción agradablemente ruidosa en un desierto tranquilo.
Es aquello que un día soñé...
Ante todo, es un secreto injusto. Para mi y para todos.
Lo es y yo lo soy. Lo somos todos.
Pero sobre todo... lo eres tú.

viernes, 10 de agosto de 2012

La música


La música, un refugio único y personal para cada uno.
Puedes decidir, de hecho, si quieres que la música te evada o si quieres que la música realce tus sentimientos.
Escucho la dulce melodía bailar en mis oídos. Me concentro en el sonido: dulce y apaciguador. ¿Me sucedía algo? Ah, sí, ya me acuerdo. Es una historia muy lejana y vieja aunque, realmente, se trata de dos años atrás. Dice así…

La vida entonces era más sencilla. No teníamos tantas preocupaciones, aunque, al mismo tiempo, éramos más jóvenes.No nos preocupábamos por el futuro… solo nos divertíamos e intentábamos siempre dar lo máximo de nosotros mismos.
Teníamos metas, teníamos oportunidades, teníamos amigos, teníamos libertad.También había discusiones, sí, pero eran discusiones de gente inmadura que duraban a penas dos días.
Sí… en aquellos tiempos, los veranos no eran suficientes para realizar todos los planes propuestos. En aquellos tiempos. 

Algo cambió. Deshizo todo lo hermoso que teníamos: El tiempo. 
Muchos dicen la edad, otros opinan que la madurez… pero, según mi punto de vista, es el tiempo.
Este tiempo tan bonito que tuvimos, pasó. Los caminos, antes unidos por la diversión y la amistad, se fueron separando.
Unos por los estudios, otros por el trabajo, algunos porque se hicieron pareja, otros porque maduraron, otros porque encontraron otra cosa más divertida que hacer e, incluso otros, porque su naturaleza era esa: huir como una rata y adaptarse como un camaleón.
Sería injusto juzgar los motivos que a cada uno de nosotros le llevó tomar caminos diferentes. Lo que realmente importa es que sucedió y que perdimos aquello tan único y bonito que nos unía.
Creo que lo más triste e incompetente que he hecho en mi vida ha sido intentar que las cosas volvieran a ser como eran antes. La verdad es que me conformaría con que al menos estuviéramos todos juntos… otra vez.
En aquel entonces, no existían los cotilleos, los malos rollos ni las discusiones…Sin ir más lejos, yo no sabía que era eso de “aburrimiento”.
He de confesar que, aunque no fui del todo sincera, tuve tiempo de observar cada punto de vista detalladamente. Y esto es lo que sucede:
Las chicas de mi edad ya no son “mañacas”. Tener 17 o 18 años significa que tienes libertad para hacer otras cosas… y vergüenza para repetir otras. ¿Decir las cosas a la cara? ¿Para qué si puedo contárselo a mis amigas? *Ah, se me olvidaba: Perder los principios por los ideales que se llevan no es triste, significa que eres moderna.
Los chicos más mayores de 18 o 18 se dividen en dos grupos:
Los que han madurado y, como no tienen nada que hacer, respaldan la opción de llevar otro tipo de vida más relajada donde puedas encontrar el amor (Lo cual no está mal).
Y los chicos que han madurado de otra forma y quieren hacer más locuras y divertirse más pero es difícil para ellos encontrar a alguien dispuesto.
Y luego está el grupo fantasma que son aquellos chicos que, quieran lo que quieran, trabajan y no tienen tiempo para decidir en qué grupo están.
Obviamente no lo sé todo… nunca lo supe todo. Solo sé lo que éramos y lo que somos.

Solo sé que aunque intente ser la misma de siempre, la reacción ya no será la misma.
Solo sé que en medio de este repentino cruce de caminos, hay personas sin ningún lugar al que ir, que, aunque no tienen la culpa de nada, la están pagando.



La música vuelve a mis oídos. Esta vez más fuerte, valiente, como si quisiera demostrar algo. El sol ha descendido mientras recordaba el pasado. Ahora, la música lo es todo, otra vez… llena mi corazón, tapando agujeros que solo la fantasía puede tapar.
Ya no recuerdo que me pasaba… solo sé lo que la música quiere que sepa.
Same old story, what if I said I’m not…(8)


martes, 17 de julio de 2012

"La última conversación"


Hey pablo, solo quería hablar…
Muchas veces me preguntas: “¿Qué tal todo?” y yo, sonriente, te digo: “Muy bien, como siempre”. Verás pablo, no es cierto, muchas de las veces que me preguntas qué tal estoy te respondo que bien porque sé que es una pregunta para romper el hielo, que la respuesta está escrita en el guión y tiene que ser “bien”.
Hoy me he decidido a decirte la verdad, aunque aún no se lo he dicho a nadie, tú serás el primero del último.
No estoy bien pablo, de hecho, se podría resumir en “No soy feliz”. Si siguiéramos en esa conversación típica, tú dirías: “¿Por qué?”
La verdad, yo aún no puedo responder a esa pregunta. Sueño con huir, pablo, olvidaros a todos, ser otra persona, y vivir en otro lugar. Un lugar hermoso, lleno de posibilidades para mi, lleno de sorpresas, de aventuras.
Sabes… hay veces que miro los coches pasar por la carretera más allá de este pueblo. Me pregunto por las vidas de los conductores, por su historia, por sus sueños, por su destino. Y los envidio, sí. Los veo marchar hasta que mis ojos ya no los distinguen e imagino que algún día seré yo la que se aleje para no volver. Suena tan… romántico, ¿verdad?
No deseo que lo entiendas… Aunque imagino que tu siguiente pregunta en esa conversación típica sería: “¿Y tus seres queridos?”.
Los quiero, sí, y los querré siempre. Pero, de algún modo, me hago daño a mi misma viviendo esta vida.
Te gustará saber que, a pesar de todo, no me rendí… en nada. Me lo prometí.
Me prometí que aunque las cosas salieran mal, yo no tiraría la toalla. Por eso, ahora, en la conversación imaginara típica te diría: “Por eso te cuento mi vida… para que sepas que no tiro la toalla, sino que voy por otro camino”
Tú me enseñaste que los sueños se pueden conseguir y que las lágrimas no impedirán que en un futuro surja una sonrisa. Y hoy, como agradecimiento, te cuento mi verdadera historia, te cuento que no soy feliz… pero que no me rendiré.
Te cuento, que aunque no sea esa “chica más feliz del mundo” que tú pensabas que era,  sonrío por ti y por mis otros pocos amigos. Que “estoy bien” porque quiero que vosotros estéis bien. Y que si algún día desaparezco… no me recordéis como una chica triste e infeliz que huyó… sino como aquella chica que, aunque solía estar triste, sonreía por sus amigos y que se marchó en busca de su lugar, su felicidad. 
Dejando esta hipotética conversación, como la última conversación. 


viernes, 13 de julio de 2012

La respuesta más esperada


El sol respondió a mi llamada.
Hacía rato que gritaba su nombre dando la vida en cada una de las palabras pronunciadas. Por ello, cuando llegó, no pude evitar sentir un gran alivio.
El sol [grande, severo y reluciente], me miró con timidez.
Primero, iluminó mis pálidos ojos color ámbar; Luego, lentamente, el tímido rayo de luz descendió hasta desvelar todos los secretos que mi rostro ocultaba.
Me sentía desnuda ante la inminente mirada de mi viejo amigo el sol, aunque, de hecho, sabía que ninguna prenda podía detener su poder.
Nos miramos el uno al otro fijamente. Su belleza les hacía daño a mis pupilas, pero no me importaba ya que llevaba horas esperando su regreso.
El sol continuó su camino, como si observara detenidamente cada centímetro de mi ser. Yo le abrí paso. Le dejé leer mi alma. Le dejé leer mi corazón. Y él, aunque al principio indeciso, respondió con un ardiente abrazo que fue capaz de descongelarme y devolverme la vida, una vez más.
Aparté la mirada solo cuando las lágrimas empezaron a rodar por mis mejillas.
Por fin, mis pulmones se llenaron de oxígeno; Por fin, sentí como el viento mecía dulcemente mis cabellos; Por fin, saboreé el significado de la libertad y sus diversas consecuencias.
Por fin, volvía a ser yo. Y volvía a serlo como nunca antes lo había sido, demostrando que las contradicciones existían, que existíamos tú y yo…



sábado, 7 de julio de 2012

El dolor del tiempo


Fue entonces cuando lo sentí.
En realidad solo fue un segundo, pero fue suficiente para entender que estaba sucediendo en aquel mismo instante y en aquel mismo lugar…
Había ido con mis padres y mi primo a ver la casa de mi difunto tío abuelo.
A pesar de que hacía ya años que había fallecido, la casa continuaba oliendo a él, como si horas atrás hubiera estado habitada. No me sorprendió, de hecho.
Continué con mi propia búsqueda de algo que no sabía exactamente que era. Cuando entré al salón no pude evitar sonreír. Los recuerdos se amontonaban en mi cabeza una vez más desde el día de su muerte. Recordé cuando me enfadé con mis padres por una estupidez de niña pequeña y me escapé de casa. Recordé cuando anduve por las calles de mi pequeño pueblo buscando un sitio en el que llorar tranquilamente. Y, también recordé como, por causalidad, aterricé en casa de mi tío abuelo Manolo.
Toqué al timbre y, sencillamente, me presenté ahí y le saludé. Le expliqué todo lo sucedido y él, con una amplia sonrisa, dijo que podía estar en su casa el tiempo que fuera necesario, que no diría nada.
No hizo falta establecer ninguna conversación. Recordé que sabía que mi compañía le hacía sentir bien, al igual que a mí...
Dejé volar mi mente unos minutos más y decidí subir a la terraza. Allí otros muchos más recuerdos aparecieron sin permiso en mi memoria.
Mi primo se posó a mi lado y asintió con la cabeza al mismo tiempo que yo le recordaba que solíamos hacer allí. Él también se acordaba.
Y es en ese momento, justo en ese instante, cuando, repentinamente, me puse a correr de un lado a otro feliz, sintiendo aquello: La añoranza.
Esa añoranza por los viejos tiempos en los que corría sin preocupaciones con mi primo o mi prima jugando a cualquier cosa; esos tiempos en los que no había futuro, solo un presente lleno de aventuras fantásticas; esos tiempos en los que era más feliz porque era más ignorante; esos tiempos en los que habían personas que, actualmente, ya no están presentes…
En realidad, fue sorprendente como en pocos segundos todas esas sensaciones y recuerdos bailaron en mi mente dejando, como residuo, un ardiente pinchazo en el corazón. Y fue aquello lo que sentí, un pinchazo lleno de recuerdos y añoranzas de aquellos viejos tiempos que, de algún modo u otro, eran mejores.

-Todo aquello queda muy atrás, tan atrás que el tiempo duele. Aunque, de hecho, es el único que puede hacerme daño.


Fotografía y texto hechos por mí. No robéis por favor.

jueves, 21 de junio de 2012

Una excusa, una verdad.

"Tú ni caso" "No tienen ni idea" "No te conocen..." "¡Si te conocieran!" "No comparemos..." "Todo es subjetivo" "Yo no estoy de acuerdo con ellos" "No todo el mundo dice lo que piensa" "No hagas lo que ellos no hacen por ti, entonces." "Pero..." "Tú sabes que en realidad no es así" "Ya verás, no te preocupes"
En realidad, no existen excusas. Sucede lo que tiene que suceder... Hay gente que tiene más suerte, y hay gente que no es tan afortunada.
Finalmente, me aferro a lo único que tengo importante en mi vida... y eres tú cuando intentas animarme. Y lo que más aprecio y te agradezco... es que siempre tengas una excusa, que aunque no funcione, la utilices para hacerme sentir mejor.
Gracias...

Para mi mejor amigo: Jorge Sempere 


lunes, 30 de abril de 2012

Modas


Tan pasajeras como ellas solas…
Si hay algo más cambiante, además del transcurso de la vida, apostaría por las modas.
Todo el mundo sabe que es una moda, ¿no?
Una moda es una tendencia que un elevado grupo de personas siguen, etiquetándose por ello en “modernas”. Las hay de muchísimos tipos: desde las más caras e originales hasta las más estúpidas.
Todos (o casi todos) seguimos una moda casi sin darnos cuenta. Nos machacan día a día con lo que debemos llevar para ser más guapos o con lo que nos quedaría mejor puesto.
Yo lo veo, al igual que muchísima gente, como la subsistencia del capitalismo ya que no nos hacen un favor a nosotros al vendernos sus productos por mucho que pensemos “esto es justamente lo que estaba buscando”. Previamente hemos sido sometidos a un, por así decirlo, “lavado de cabeza” mediante la televisión, las revistas, la publicidad… haciéndonos ver que las mujeres hermosas y los hombres guapos lo son porque utilizan esos productos, innovadores.
Realmente, gastamos más que prescindimos. Y eso, justamente, es lo que pretende la moda. (A no ser que tengas poca ropa o estés creciendo… con esto me refiero a la gente que a corto plazo se compra más ropa porque quiere ir a la moda)
En el caso de la ropa es muy fácil de ver hasta que punto estamos sometidos a la presión que ejercen las multinacionales y la sociedad sobre nosotros, ya que es obvio que nuestros gustos van cambiando a la par que la moda.
Pero yo voy más allá de la simple y rutinaria moda de la ropa… Hay otro tipo muy común entre jóvenes. Yo la llamo, la moda de “quiero ser igual”.
Con el apoyo de los países ricos, las multinacionales y la sociedad, se ha creado una moda, curiosa para unos y graciosa para mí, que consiste en pequeños detalles que te hacen ser moderna. Estos detalles son básicos para una adolescente de hoy en día:
-Amas la bandera de Inglaterra/América, por lo tanto debes comprar productos con su bandera.
-Llevas un piercing en la nariz, si es posible un arito.
-Debes utilizar un blackberry o, si te lo permites, un Iphone.
-Te gusta el símbolo del infinito (∞), por eso lo pondrás en las redes o te lo dibujarás en la piel.
-Fumar significa madurez. (¿?)
-Bebes alcohol, y si no te sube rápido, finges estar borracha. Lo importante es parecerlo.
- Sin ser machista afirmo: A las chicas les encantan las películas de amor pero luego son unas “ligeras” y los chicos son chulos y malos porque así ligan con las “ligeras”.
En fin, una serie de cosas que superarán el nivel de “moda” y pasarán a formar parte de la personalidad de cada joven actual. Por lo tanto, ahora dirán: “No, no es que siga una moda… Es que me gusta Inglaterra y la bandera es bonita”
¿Es necesario que demuestre lo erróneos que están estas personas? Se ha llegado a interiorizar tanto que “me gusta esto porque me gusta” que prácticamente sería imposible convencer a alguien del gran estado de alienación al que están sometidos.
Sin ir más lejos, una chica guapa se hace una foto con su bandera (de América por ejemplo), tiene un piercing en la nariz y usa un blackberry, pues al otro lado del mundo hay otra chica que ve su imagen y piensa de verdad que si se copia, será igual de hermosa que ella. (Disfrázate lo que quieras, serás fea igual, no es cuestión de abalorios)
Y, aunque decidiéramos reflexionar más sobre este tema, cierto es que en cuestión de tiempo la nueva moda será (Jesús espero que no) raparse el pelo al cero y usar pelucas, como los chinos.
PD: aunque ahora os parezca una tontería, apuesto lo que sea a que el día que suceda esto la gente dirá “yo lo hago porque me gusta”, y yo me reiré.


sábado, 4 de febrero de 2012

-Luego estoy yo




Están los listos, los guapos, los ricos, los amados, los graciosos, los apañados, los sociables, los marginados, los aventureros, los que tienen miedo, los sanos y los miles de fiesteros, los que tienen las cosas claras, los que no tienen ni idea de nada, los que huyen, los valientes, los fuertes y los enclenques, los soñadores, los racionales, los locos y los elementales, los que siguen modas, los que las crean, los pasotas, los “porretas”, los extravagantes, los divertidos, los llorones y los aburridos… y luego, luego estoy yo.

martes, 17 de enero de 2012

No en la vida real


Qué difícil es elegir entre tus sueños descabellados y la realidad.
Qué difícil es diferenciar que es lo que quieres de verdad de lo que es un capricho;
Probablemente ya sea hora de madurar, de poner los pies en la tierra y de pensar en algo serio.
Será que soy cabezota, pero aún no me creo que todo lo que haya en la vida sea solo eso... tan... tan simple y rutinario, basado en dinero y en sobrevivir (si es que la crisis nos deja)
Quiero pensar que soy diferente... a pesar de ser una más entre 7 millones de personas.
Quiero pensar que soy yo quién elige lo que quiero decidir.
Quiero pensar que los límites los elijo yo, que aún no es tarde y que cada paso que avance me llevará a mi lugar adecuado, único.
Así.. como si cada uno fuéramos algo más de lo que quieren que seamos... como si pudiéramos elegir... y decidir qué cambiar.
Tan complejo, tan extravagante, tan cambiante... como yo.