Cuantas veces
he soñado que soy yo la protagonista.
No en sueños
reales, por supuesto.
Yo hace tiempo ya que no sueño. Mi mente se invade de
pesadillas, temores, presagios…
Pero cuando
dejo volar la mente en mis ratos libres, imagino que soy yo la protagonista.
Que mis sentimientos importan. Que sin mí el mundo dejaría de ser mundo. Que
alguien me necesita.
Para que
engañarnos con palabrería hermosa. Nunca imagino que soy la protagonista. Sería
estúpido.
Deseo ser la
protagonista.
Deseo
sentirme especial para alguien.
Sentir que
aunque sé que voy a morir tarde o temprano, dejaré una huella, única, como mi
ADN.
Yo no sueño.
Deseo.
Los sueños no
existen más que en los cuentos de Disney.
Hace ya
tiempo que el color rosa se esfumó, dejando paso al aburrido color gris.
Pero, ¿qué
cojones? ¿Quién no desearía sufrir y tener a alguien que le entienda?
¿Quién no
desearía despertarse triste, cansada y vacía y tener a alguien que le saque una
sonrisa?
¿Quién no
desearía sentir que cuando el fin llegue, alguien le recordará con cariño?
No soy
diferente: Quiero la misma mierda en distintas proporciones.
Además de
desear en un mundo gris y tener únicamente pesadillas, debo acostumbrarme a
este mundo hipócrita.
Quizá incluso
yo sea hipócrita. Es más fácil ver los defectos ajenos que los de uno mismo.
En cualquier
caso, un mundo hipócrita, en el que para
sufrir tienes que llorar, hacerte daño y reclamar.
Sólo entonces
alguien te dará ese deseo tan idílico de protagonismo. Alguien te secará las
lágrimas y te ofrecerá una sonrisa.
Pero, solo
entonces.
Sólo cuando
más bajo hayas caído. Sólo cuando tu llanto sea indiscutible.
Sólo
entonces.
Con el tiempo
me acostumbré a esta mierda de mundo hipócrita. Me dedicaba a llamar la atención
con llantos. Mendigaba comprensión y cariño.
Hasta que un
día te despiertas vacía.
Recuerdas que
no tienes nada más que palabras vacías, deseos y temores, que mañana podrías
morir y el sol seguiría brillando. Que estás mal por dentro y sin llorar nadie
te ayuda. Que estás sola, mentalmente hablando. Todo, en mayor o menor medida,
por decisión propia.
Por tanto,
concluyo esta nota de mierda con mis ralladas depresivas de emo sin crema para
las emorroides con una reflexión:
Lo peor de conformarse con poco es recibir menos.