miércoles, 10 de agosto de 2011

Sin título.


Solo hasta cuando tuve los ojos entumecidos de tanto llorar, dejé de hacerlo…

Dicen que cuando estas mal todos los problemas pequeños que te rodean se agrandan hasta no dejarte ver un camino de salida…
Supongo que ahora me encuentro en esa fase.
Te preguntas tantas cosas… de las que la única respuesta es “to
do es por mi culpa” “yo soy un error”
¿Qué culpa tiene el mundo de ser mundo? ¿Qué culpa tiene un gilipollas de ser un gilipollas? Únicamente tú tienes la culpa… de haber pensado que las cosas podían ser diferentes… de haber creído y confiado en esa persona.
Y es que cuando vives la vida esperando encontrar una cosa… buscando algo, algo que creías ciegamente que en algún lugar debería estar… y, no la encuentras… duele, duele muchísimo.
En estos momentos, no le encuentro sentido a la vida. Lo tengo todo y, al mismo tiempo, no tengo nada. Y por muchas vueltas que le de… no logro divisar mi futuro… no logro encontrar una salida a mi tormento.
Y es que me siento tan sola en estos momentos que ni si quiera estando con mil personas me sentiría acompañada.

Probablemente nadie se habrá sentido ni habrá sufrido las cosas que sufro yo. Pero, al mismo tiempo, nadie es igual. No todos sufrimos las mismas cosas… no todos le damos importancia a las mismas cosas…
Yo soy una de esas chicas típicas que han visto la vida con unas gafas de color rosa… pensando que el mundo era fantástico y que la gente era buena.
Esas gafas se han roto… y ahora lo veo todo con todas sus tonalidades.
Hay rosa sí, pero en muy poca medida.
Y lo que creías que podías encontrar… ahora resulta un tesoro escondido entre colores oscuros y tristes.He estado ocultada 16 años detrás de un muro de miedo. No lo quería ver… no quería ver lo que había… me gustaba mi mundo, me gustaba pensar que las cosas eran como yo quería que fueran.
Y ahora sufro, lo que muchos podrían decir que es una tontería… pero no me importa, soy un caso a parte y no pienso cambiar…

Cuando dejé de llorar me tumbé en la cama pensando en qué haría después de todo lo sucedido. Ya no sabía que pensar… “la vida sigue” me dije a mi misma… pero, me parece, que esta vez la vida tendrá que seguir sin mí.


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