Tienes dos opciones, amar el mundo u odiarlo. ¿Qué decidirás tú?
Cuando hablo de “el mundo” hablo de la
sociedad, del planeta, del sistema, del conjunto. ¿Está bien planteado el
sistema actual? ¿Está sano el planeta?
Son preguntas que superan mi
entendimiento. Son preguntas tan grandes que la búsqueda de la respuesta me
costaría toda una vida entera.
Por ello, me decanto a responder
preguntas pequeñas, preguntas fáciles que se hallan implícitas en esas preguntas
más grandes, poderosas y lejanas.
Por ello, en mi búsqueda de respuestas
pequeñas, me topé con preguntas curiosas. Una de ellas fue “¿Qué es lo que
mueve a la sociedad?”.
¿Qué es lo que mueve a la gente a
realizar un determinado comportamiento?
No me costó mucho averiguar la respuesta.
Hablamos de poder y riqueza. Hablamos de miedo y confort, por supuesto. El
bienestar propio, la acumulación de poder y riqueza y el entretenimiento
continuo para olvidar que tarde o temprano moriremos.
Así es el ser humano. Se nos dotó de
sabiduría, de avance y conocimiento al mismo tiempo que de egoísmo.
Sí, porque el ser humano es egoísta.
Eso me llevó a otra pregunta… “¿Todos
los seres vivos son egoístas en cierta medida o solo los seres humanos?”
Creo que el egoísmo forma parte de la
esencia del ser vivo. No puedes deshacerte de tu deseo de prosperidad.
Cualquier ser vivo con genoma tiene inscrita una función y es que la especie no
se extinga. Que la especie evolucione. Por ello nos dotaron de adrenalina y
miedo… una manera muy compleja de hacer funcionar a nuestro sistema nervioso
central, hacerlo funcionar de manera rápida e inteligente para soportar
cualquier peligro.
Y si no somos capaces de soportarlo…
mejorar.
Creo que el egoísmo que nuestra
sociedad posee es una característica innata que no se debería juzgar. No se debería
juzgar en cierta medida, por supuesto.
Un día me replantee seriamente si en
este mundo hay alguien detrás controlándolo todo. ¿Lo habrá? ¿Habrá alguien tan
poderoso y jodidamente inteligente que sepa dominar el mundo?
No es tan difícil dominar a un atajo
de personas (solo 7 millones). Tan solo necesitas tres medios de transmisión de
información y control: Internet, televisión y música.
Así de fácil. Así de fácil alguien
jodidamente listo tiene el mundo en sus manos. Así de fácil nos conocen, nos
obligan a trabajar toda una vida, nos obligan a gastar lo que conseguimos en
productos que creemos que necesitamos.
Y ahí viene otra de las preguntas
curiosas fáciles de responder. "¿Cómo es que nadie se da cuenta? ¿Cómo es que
nadie hace nada por cambiar?"
Es que nadie lo ve un problema. Nadie
ve un problema que la sociedad esté basada en un bien material. Nadie entiende
que hay de malo en trabajar toda una vida para un sistema que ni si quiera
entiende.
Luego llegan a casa, se ponen su serie
de televisión, el fútbol, el videojuego, se drogan, se van de fiesta… se
evaden. Se olvidan de todo. Os olvidáis de todo.
Y es exactamente lo que esa persona
jodidamente inteligente quiere conseguir.
Quieren tenernos ocupados,
entretenidos, evadidos.
Nos han hecho creer que esto es lo que
queremos. Que no hay otra opción. Que no se puede plantear ningún otro tipo de
vida, de sistema.
Pero realmente se puede. Sí se puede. "¿Se quiere?"
Vaya preguntas más fáciles me pongo.
¿Queréis? No, no queréis.
Creo que por eso decidí odiar el
mundo. Os odio a todos.
Odio a esa persona jodidamente
inteligente, odio el sistema y odio la sociedad. En conclusión, odio el mundo.
No espero que lo odies tú conmigo
después de leer esta mierda.
Solo espero que seáis más inteligentes
que todo lo dicho. Que sepáis decir NO a ciertas cosas que son meras ilusiones.
Que no saciéis esa “obligación” que el
conjunto (sociedad, sistema) demanda. No necesitáis drogaros para ser rebeldes,
no necesitáis acostaros con muchos o usar a las personas para ser “sexys”, no
necesitáis compraros cada mes la misma ropa… porque es la misma joder la moda
es un puto ciclo repetitivo.
No necesitáis la nueva play de los
cojones, ni el nuevo móvil… que ahora mismo dentro de unos años se dirá S17345981
y medirá 3 metros.
Nada de eso es necesario. Ni las
cremas para las celulitis ni el maquillaje. La belleza no es material. Quien
crea que la belleza se determina por el cuerpo no entiende de la vida.
Lo bello se siente.
Es bello un amanecer. Es bello el
abrazo de tu abuela. Es bello el primer beso… como es bella la persona que te
demuestra que vales la pena y eres especial.
Y ya está. Y cuando pasen x años os daréis cuenta de toda
esta mierda, os daréis cuenta de todas las horas que habéis perdido delante del
ordenador, escribiendo por whassap y vomitando de tanta borrachera. Idiotas,
que sois todos unos idiotas. Yo también soy una idiota, la que más joder, soy
la puta reina de los idiotas.
Lo peor de todo es vivir en esta
contradicción. Os envidio, envidio veros vivir tan tranquilos, con tantos amigos,
zorreando, drogados, con la ropa más fashion, enterados de todos los rumores de
España y de todo el puto mundo, con la música pop del momento (sí, esa que
suena en la radio una semana y te cansas de ella a la siguiente).
Envidio vuestra tranquilidad a la par
que la odio.
Y tenía que decidirme entre odiar el mundo o unirme a él…
Creo que no ha sido una decisión
fácil, me ha costado mis años de luchar por hacerme un hueco en algún sitio, de
agradar a alguien y de ser “única” al mejor estilo Disney.
Me costó mucho decidirme, pero es así.
Ya no hay vuelta atrás.
Odio el mundo y estoy decidida a cambiarlo.
¿Te
apuntas?
Vivir la contradicción es el primer paso para superar la contradicción: deshacerse de esos mecanismos de evasión duele como dejar las drogas, una gota de agua helada en la frente que te recuerda todos los días que ahora no tienes ni puta idea de qué hacer exactamente. Ser más consciente en un principio sólo te hace sufrir más... En un principio.
ResponderEliminarTe comprendo realmente cuando dices que envidias lo que odias, como quien echa de menos esa ignorancia líquida, esa bruma. Es el sino del que empieza a comprender; paciencia y comprensión... Al fin y al cabo, todos somos lo mismo.